Como decíamos en el otro artículo, ‘Nuestras aves en invierno’, tenemos una gran variedad de aves, así que este tema da para varios días. En esta ocasión vamos a hablar de pájaros que están aquí todo el año y que, alguno de ellos, se ve con más frecuencia en invierno.
Dentro de las aves se distinguen diferentes familias que agrupan a varias especies que tienen características comunes, una de estas familias son las rapaces, que a todos nos llaman la atención y nos impresionan por su tamaño algunas, por su majestuosidad otras.
Quizá dediquemos un capítulo a todas ellas para conocerlas mejor. De momento empezaremos por los milanos: rapaz de tamaño medio, puede alcanzar hasta 1,70 metros de envergadura, es decir de punta a punta de las alas extendidas, aunque no es de los más grandes… En esta zona tenemos dos representantes de este género: milano real (Milvus milvus), y milano negro (Milvus migrans), éste último nos visitará más adelante, cuando empiece la época de cría.
Los milanos tienen una característica que nos ayuda a distinguirlos del resto de las rapaces: su cola ahorquillada . Ninguna otra rapaz tiene esa forma. En el milano real se aprecia a simple vista porque es muy pronunciada, en el negro es mucho más suave y a veces puede parecer recta.
Si tenemos la suerte de poder distinguir los colores del plumaje del milano real, disfrutaremos de su belleza: la cola de un color marrón clarito anaranjado, el torso y vientre un tono más oscuro de marrón, la punta de las alas negras con una mancha blanca característica en el centro y la cabeza y cuello gris. De cerca impresionan sus ojos amarillos nítidos.
Es fácil que nos encontremos con algún ejemplar sobrevolando nuestros campos y olivares. En esta época, además de los que están siempre con nosotros, nos acompañan algunos venidos del centro y norte de Europa que pasan aquí el invierno. De noche se agrupan en dormideros, se pueden llegar a contar cientos.
Otra rapaz bastante frecuente en nuestro entorno son los llamados ratoneros, en nombre oficial busardo ratonero (Buteo buteo). También de tamaño mediano, puede llegar a 1,30 de envergadura. Se caracteriza por un plumaje muy variado de un marrón oscuro moteado con zonas blancas debajo de las alas y aspecto robusto. Alas redondeadas en vuelo. Si se observa parado en un posadero se puede adivinar una especie de collar claro en el pecho que es lo que nos da la clave para identificarlo.
Les gusta esperar a sus presas desde torretas, postes, viejas construcciones en el campo…
Todos conocemos a las urracas (Pica pica). Son muy abundantes por aquí. Me parecen dignas de mención, aunque siempre han estado mal vistas por agricultores y hortelanos que sufren las consecuencias de que pueden comer casi cualquier cosa, desde frutas, huevos, insectos, carroña, hasta lo que roban a otros pájaros… Son muy inteligentes y se adaptan muy bien a todas las circunstancias, de ahí su éxito. Tienen también un plumaje blanco y negro tornasol, que emite tonos verdosos a veces morados y azules otras, según les de la luz… También tienen su encanto.
Un pariente cercano de las urracas son los rabilargos (Cyanopica cyanus o Cyanopica cooki* ), de colorido más llamativo con tonos azulados en alas y cola, cuerpo gris y cabeza negra. Se caracteriza por ir siempre en grupos, en algunos sitios se les conoce también como mohínos. Igualmente comen todo lo que pillan, les gustan mucho las cerezas…. Se pueden ver en los alrededores del pueblo y también en la zona de berrocal, y dehesa con encinas. Poco frecuente en campo abierto.
Otro pájaro fácil de encontrar y de gran belleza son las abubillas (Upupa epops). Lo primero que llama la atención es su plumaje con tonos anaranjados, cabeza y cuerpo, blanco y negro en las alas y su cresta en la cabeza que despliega y recoge según conviene. Tiene un pico largo fino ligeramente curvado que le permite encontrar larvas e insectos en el suelo y entre la hojarasca.
IEstoy casi segura de que todos hemos oído su canto en los días calurosos de la primavera, aunque tal vez, no hayamos sabido identificarlo…Emite tres notas “pu-pu-pu”, silencio y vuelve empezar, anunciando que está en su territorio y busca pareja. Se puede oír a gran distancia.
También nos acompañan en este momento los zorzales comunes (Turdus philomelos). Son unos pájaros de color pardo verdoso con el vientre moteado que se esconden en la maleza , en olivas y huertos, del tamaño de un mirlo más o menos. Como pasaba con los milanos reales, eligen nuestros campos para pasar el invierno huyendo de los fríos del resto de Europa, en época de cría nos abandonan. Pero su pariente el zorzal charlo (Turdus viscivorus) está con nosotros todo el año. Es un poco más grande que el común y de aspecto mucho más claro, pardo grisáceo, también con motas en el vientre.
En estos días en los que al pasear tenemos que ir esquivando charcos y regueros, no es difícil que veamos, al borde del agua, un pajarito blanco y gris que mueve la cola arriba y abajo continuamente y con una especie de babero negro en la garganta y capirote negro también en la cabeza. Son las lavanderas blancas (Motacilla alba). Se pueden ver incluso por las calles del pueblo. En Lagartera se les llama gollorías.
Hay una variedad, la Lavandera cascadeña (Motacilla cinerea), se diferencia por su vientre amarillo y no tiene el babero negro de la anterior. Es un poco más tímida que su pariente. Para verla hay que buscar en sitios más escondidos en el campo, también cerca del agua.
Entre los más pequeños, podemos disfrutan a menudo de los llamados “chichipanes”. Carbonero común (Parus mayor). Pajarito de tonos verdosos y azulado en el dorso y amarillento en el vientre, con una corbata negra y capirote negro también en la cabeza, y las mejillas blancas. Se mueven nerviosos entre las ramitas de arbusto y árboles en jardines y olivares, picoteando las yemas tiernas. Tiene un repertorio de cantos muy variados, aunque con frecuencia repite un característico chi-chipan, chi-chi-pan… muy conocido.
Y el más pequeñito del que vamos a hablar hoy es el herrerillo común (Cyanistes caeruleus), que acompaña muy a menudo a los carboneros, es muy parecido aunque de menor tamaño y tonos más azules, no tiene la corbata negra, apenas una rayita en medio del vientre, y el capirote es azul. Debe su nombre a uno de los sonidos que emite: parece que un pequeño martillo rebotara contra el yunque de un herrero. Es una preciosidad…
También es común en parques, jardines, olivares y huertos.
Bueno, ya tenéis otros cuantos pajaritos para ir buscando en vuestros paseos. ¡Suerte y que disfrutéis de la naturaleza!
Texto: Irene González Sánchez
Fotos: José Miguel Millán
Lagartera, Toledo, febrero 2023
Si quieres saber más:
Busardo ratonero – SEO/BirdLife
*El rabilargo (Cyanopica cooki) es una de las dos especies pertenecientes al género Cyanopica (”Cyano” = azul, mientras que ”pica” = urraca, o sea, su nombre en latín significa ‘urraca azul’). La otra especie perteneciente a este género es el rabilargo asiático (Cyanopica cyanus). El rabilargo ibérico solía considerarse una subespecie de la versión asiática, aunque las poblaciones ibéricas y asiáticas están separadas por unos 9000 km. Sin embargo, tras los análisis genéticos, ahora se consideran dos especies diferentes.
Lavandera blanca – SEO/BirdLife
Lavandera cascadeña – SEO/BirdLife
Carbonero común – SEO/BirdLife